Parecía una persona normal, pero en realidad era un violador en serie en Montería, fue capturado.

Sigilosamente se les acercaba a sus víctimas. Agustín Junior Cuadrado Alían, durante dos años supo mantener bien escondida el alma negra que lo acompaña. Se hacía pasar por mototaxista en Montería y bajo los ingenios más bajos engañaba a mujeres con ofertas laborales que quedaban en el olvido, pero sí iniciaba una etapa de sufrimiento para quienes cayeron en sus garras.

El ‘Monstruo del Pantano’, seudónimo que le ha sido atribuido por la escogencia de los sitios a donde llevaba a sus víctimas, captaba a las féminas en varios puntos de la ciudad y les ofrecía puestos de trabajos que eran anhelados por las agraviadas, quienes pasaban por malos momentos económicos.

La Fiscalía mediante trabajos de inteligencia y entrevistas con las afectadas pudo comprobar que las ofertas que proponía el ‘violador en serie’ era como domésticas en casas de familia o fincas cercanas a Montería por un monto de 50 mil pesos diarios.

Al ganarse la confianza de las mujeres, todas entre 17 y 25 años de edad, el sindicado aprovechaba y se las llevaba a zonas enmontadas y lagunas de oxidación, donde bajo amenazas con objetos punzocortantes lograba cometer su objetivo: el abuso sexual.

En todo el tiempo que cometió el delito, el imputado llevaba una vida como si nada estuviera pasando. Luego de cometer los abusos se marchaba a su residencia en el barrio La Granja, lugar donde llevaba una vida tranquila con sus vecinos, quienes nunca se imaginaron que convivían con un violador en serie.

Allí, en esa populosa barriada de Montería y Edmundo López, el sujeto les ponía el ojo a sus víctimas para luego hacer de las suyas.

“De acuerdo al perfilamiento de las víctimas se presume que el sindicado escogía a sus víctimas por la edad y por la vulnerabilidad en que se encontraban. Él marcaba su territorio y tenía unos barrios ya demarcados. Ubicaba a las mujeres entre 5:30 de la tarde y 9:00 de la noche”, manifestó Cindy Tatiana Vargas, directora de la Fiscalía, seccional Córdoba.

A pesar de que cinco valientes decidieron romper el silencio y contar el amargo momento por el que tuvieron que pasar, el comandante de la Policía Metropolitana de Montería, coronel Gabriel García, indicó que pudieron existir más víctimas de este despiadado hombre.

Extendió el llamado a denunciar sin temor alguno para que esta situación no vuelva a ocurrir en Montería. El señalado como culpable ya está detrás de las rejas para que pague por el delito de acceso carnal abusivo.